Evaluación de Calidad


 

 

Con base en la discusión que traemos hace ya varios años en torno al desarrollo de procesos para generar competencias en nuestros estudiantes, es decir, capacidades para analizar, contextualizar, empoderar, investigar, proponer y en lo posible resolver situaciones de su entorno susceptibles de ser resueltas de acuerdo a su nivel de desarrollo físico, social y emocional con el uso de algunas herramientas que dan la voluntad política, el sentido de pertenencia, el conocimiento, las habilidades lógicas, motrices y el sano ejercicio de la ciudadanía. Me atrevo a conceptuar que tales cualidades aún no han sido materia de dominio de la MEDIDA, esta es un área de desarrollo de las matemáticas y que se sepa, las ciencias no han logrado aún encontrar tampoco la UNIDAD con la cual se expresaría tal medición.

Lo anterior para referirme a la MEDIDA del conocimiento, si esto es difícil lo será aún más medir: actitudes, compromiso, pertenencia, voluntad, es decir, medir cualidades resulta algo bien complicado. Por tanto considero que los procesos de formación tienden a desarrollar procesos sobre los cuales sí se puede CONCEPTUAR (diferente a medir), lo cual considero es más un proceso descriptivo que CALIFICATIVO y sobre estas descripciones tendrá que irse buscando el "ideal de ciudadano" que desea formar la institución, nótese que no dije "clase de estudiante”. Por tanto los promedios, los "puestos", los puntajes, los lugares de desempeño quedan desvirtuados y pienso que dejarían de ser una de las grandes preocupaciones del alumnado en general y especialmente del padre de familia que siempre quiere tener a su acudido entre los “mejores”, con base en un frío número o en una relativa letra, que entiendo no es la preocupación del ministerio en su decreto 1290. Al padre de familia hay que ponerlo a leer el “problema” (y hacerlo parte de el), y  la receta para su “solución”, en la cual debe estar directamente involucrado.   

De ahí que me hubiese atrevido a presentar una propuesta de proceso descriptivo en el cual no interviene calificación alguna ni valor alfanumérico para respaldarlo. Ahora consecuente con el proceso institucional de búsqueda de estrategias curriculares para lograr ése ideal formativo, creo que se debe considerar: el replanteamiento o ajuste del PEI y la implementación de un diagnóstico pedagógico(tema nutrido en la web), estructurado  sobre un Proyecto de Diagnostico referente a las cualidades en los aspectos aquí propuestos resultado del análisis de las áreas de conocimiento sobre las aptitudes, actitudes, saberes, manejo de la lógica, el sentido común, la capacidad motriz, analítica, comunicativa, propositiva, etc., de acuerdo a la edad y situación escolar del estudiante. El resultado de tal diagnóstico (formato propuesto con base en el desarrollo de competencias), considero que dará pié para la elaboración y puesta en práctica del PROYECTO INTEGRADOR DE GRADO. Sobre el cual deben girar los procesos (plan de procesos, considerado a su discusión y análisis) que desencadenará en el plan de competencias (también propuesto), documentos que deben ser de dominio de la comunidad educativa al inicio del año escolar; por lo que considero que las competencias a desarrollar, a mi parecer, deben ser institucionales, tal como es la filosofía, la Misión y la Visión;  la diferencia radicará en  la gradualidad que habría que definir para cada uno de los grados, ciclos y/o niveles de acuerdo a edad y situación escolar del alumnado.

Con estos criterios, insisto, la adecuación al sistema nacional de evaluación resulta más simple de lo que parece ya que el nivel de competencia que determine la institución,  respetando los lineamientos curriculares,  será el desempeño Básico( diferente de calificar con “B”), quienes no alcancen o no estén alcanzando estos niveles de desempeño serán de desempeño Bajo, quienes  superen estos desempeños se situaran en Alto o Superior, de ahí que para Desempeño Bajo y desempeño Superior se deban establecer ejercicios curriculares que en el primer caso “corrijan” y en el segundo Promuevan o catapulten  hacia niveles más avanzados  de formación( otro grado o nivel antes de lo normal e incluso avance anticipado a la educación superior, de ser posible).

Visto de esta manera los desempeños no pueden ser juicios emitidos por un área o asignatura, ni pueden ser determinados por el rendimiento o no en varias de ellas, las competencias son integrales, hacerlo de esa forma rompería con este concepto, de ahí que se deba tener cuidado al momento de definir los criterios de promoción del estudiantado, decir, con esta concepción,  que un rendimiento es Bajo porque al estudiante le va mal en tres áreas o más resulta un exabrupto, este es un estudiante que no ha alcanzado los niveles básicos y hasta que no lo haga no puede avanzar. Con esta visión podemos hablar de un duro y arduo trabajo de hacer educación curricular de buena calidad, el “producto”  hay que “trabajarlo y trabajarlo” hasta que salga BUENO.

 

 

 


La reflexión educativa y formativa, debe ser un proceso permanente en la mente del maestro y las organizaciones educativas para avanzar en sus prácticas y el desarrollo de su filosofía institucional, esa es la mejor alternativa del maestro.
El tema de la juventud y la familia. Contrasta con el concepto de educación y cobertura, cuando en el aspecto social y económico parece que el ingreso es preocupación mayor que el destino y proyecto de vida de niños y jovenes.

 
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